Friday, July 22, 2005

Lo más triste que he vivido en mi vida empezó un 26 de Julio 2004 en la madrugada con una llamada telefónica, (como suele suceder con todas las tragedias). Era mi mamá pidiéndome que te fuera a buscar, que estabas muy mal. Hacía días que estabas enfermo, se supone que resfriado, pero era mucho más que eso.
Cuando llegué y fui a la pieza, pensé lo peor, tú estabas casi inconsciente. Después de todas las peripecias que pasamos, esperando la ambulancia, trasladándote a la Posta, luego al Hospital; alrededor de las 12 de la tarde, pidieron hablar con alguien de la familia y entré yo, me preguntaron unos datos en una sala, donde justamente estabas tú, te veía en una camilla y escuchaba tus quejidos, todo ese cuadro era desolador, era estar por primera vez metida en una historia trágica, una situación que yo sentía que rechazaba, como cualquier persona que rechaza la cercanía de los hospitales porque definitivamente nadie está preparado para el dolor, pero yo debía estar allí y el shock de estos hechos no conseguían remecerme, yo estaba calmada, pero presintiendo que todo estaba mal, también pensaba que hay gente que pasa por situaciones de extrema gravedad y sin embargo, se recuperan; lo único que me quedaba era rezar. Entonces la doctora habló conmigo, me dijo que tú estabas muy grave, que tenías un cuadro séptico, una septicemia, que no estaban seguros si era neumonía, meningitis o una infección urinaria, que al pan, pan y al vino, vino, tu corrías riesgo vital, tenía que hablar con la familia, tenían que prepararse. La escuché callada, no tuve la más mínima reacción. Salí y me enfrenté a todos, cuando transmití lo que me habían dicho, el rostro de mi hermana se descompuso y unas lágrimas rodaron por sus mejillas.
Quedaste internado en la UCI, había visitas de una a una y media, podían entrar por turnos de dos personas. Cuando te volví a ver, inconsciente, sin tus placas, parecías un anciano, estabas lleno de mangueras, una máquina que indicaba tu presión, que se encontraba normal, tu ritmo cardiaco, un poco acelerado. Mi mamá no se convencía que la persona que estaba ahí eras tú. Entró en un estado entre shock y sordera, no entendía claramente lo que estaba pasando, no escuchaba, después nos dijo que desde que tú te habías enfermado, ella empezó a escuchar un ruido en su cabeza, que era tan fuerte, que por eso no escuchaba cuando le hablaban. Mi mamá se encerró en sí misma, sólo comentaba el hecho de tú no parecías estar tan enfermo. Mi hermano tampoco se convencía, pensaba que el remedio que habías ido a comprar el día anterior te había hecho mal, que tú habías estado bien el día anterior, que habían visto el partido de futbol.
Todo había sido distinto el día anterior, todo había parecido normal.
De esa semi inconcencia o no sé cómo llamarla pasaste a una inconciencia total. Estuviste más de 20 días en ese estado, el diagnóstico fue una meningitis por neumococo y una neumonía. El caso llegó hasta el Comité de Ética del hospital se nos planteó desconectar las sondas de alimentación porque ya no había ninguna opción de revertir tu estado. Mi mamá no aceptó desconectarte eso le parecía un asesinato. El día 18 de Agosto te perdimos.
Papito querido fueron tan difíciles las semanas después que te fuiste, toda la serenidad que tuve durante tu enfermedad e incluso el día del funeral, se terminó en ese momento, todo lo que no lloré entonces lo empecé a llorar después, en cualquier momento pienso en ti y siento mucha pena, yo sé que tú estás bien allá, pero mi pena es mía, es porque te extraño y porque no te volveré a ver, es porque te he perdido.
Ahora parece mentira, no entiendo cómo ha pasado el tiempo, cómo van a empezar a cumplirse los aniversarios. Está todo tan latente, tan vívida tu figura, tu sonrisa, la forma en que te acercabas a saludarme y me abrazabas como queriendo decirme todo lo que nunca me dijiste con palabras y todo lo que yo tampoco te dije y tenía tan claro que lamentaría un día.

2 comments:

Anonymous said...

He encontrado esta narracion por casulidad, no he podido mas que leerla entre lineas, me causa demasido dolor y recuerdos.
Vivi un caso casi igual a este niño, todo lo que cuenta ella me veo reflejada como madre. Lo unico distinto es que sobrevivio, pero sus secuelas son grandes. Me gustaria ponerme en contacto con esta madre maravillosa. mi correo es cibannez@hotmail.com

M A G A said...

En años no he vuelto a leer estas líneas... así tal cual fue. Tan terrible todo lo que vivimos. Que la vida haya cambiado de una semana a otra es difícil de entender. El tiempo pasa pero los sentimientos son los mismos, yo te vuelvo a ver y me alegra lo mismo, y me apena también lo mismo, por no tenerte aquí, porque la verdad es que aunque no te viera tan a menudo, tú estabas ahí y podrías seguir estando. Quizás fue todo mejor así, después de lo que pasó después... pero es difícil aceptar que te hayas ido, dejar de extrañarte. Sólo espero volver a encontrarte algún día.