Probablemente hay noches
en que le robo el sueño
en que le robo la sangre las venas,
y el aliento de la boca.
Probablemente hay días
en que lo dejo vacío,
hago un atillo con todo
y lo echo cerro abajo.
Probablemente sea él
quien me destruya de mañana,
quien se inmiscuya en mi garganta,
quien muela mis huesos
y me golpee el cerebro.
Enero 31, 1982
Ni siquiera puedo amarte
hasta el cansancio,
hasta agotarte y dolerte...
y quisiera...
Julio 8, 1982
Tediosas e interminables horas
nos separan.
Intentar dilucidar
nuestra ausencia de niebla
deshojando las manos
que estuvieran unidas,
liberando el ansioso
palpitar de unos labios,
cuajados de esperanza,
frenéticos torrentes de ilusión desesperada,
desbordándose en los límites
de los que es hoy,
el presente lleno.
Julio 5, 1982
La hora veinticinco se me acerca,
la hora que no es paz,
que no es tormenta.
Aquella que me envuelve de tu aroma
y me impulsa como el viento
a la hojarasca.
La hora que me azota en torbellino
de pasiones,
desgastadas por el tiempo y la resaca.
Sufro por tu carne que no es mía,
por tus noches que compartes
y mis horas veinticinco
que se han vuelto rutinarias.
Junto al fuego que no enciende ni una vela
yo derramo oscuridad por todas partes.
Octubre 1, 1982
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