Recuerdo que buscábamos el sol
bajo las piedras,
que arrancábamos las raíces
y nos anidábamos
en los nudos de los árboles,
que seguíamos las estelas
y nos enredábamos en la espuma.
Eterno, infinito...
pensé que amor sería suficiente
y por seguir del río la corriente
te olvidé taladrando mis entrañas,
te olvidé desgarrando mis confines.
Y fingí que era el abismo
que existía entre nosotros,
las palabras que no dijiste,
y fingí tu inseguridad,
tus miedos,
tus miradas la vacío.
Pasados los días,
comprendí que no era el abismo;
ni las palabras
ni tus miedos,
tus miradas al vacío.
Era todo, eras todo
lo que me entregaba la vida
y te dejé pasar paloma herida.
Contando los días,
alargando los plazos...
Pero se secó el tiempo en tu vera,
me quedé de espaldas y no dije nada.
Desde el fondo de tus miradas,
desde la incoherencia de tus caricias,
desde tanto surco y camino.
Escucho hondo,
raíces, brumas,
desechos de otoño,
papeles antiguos,
desgastadas cortinas.
Lo olvidamos todo
y perdimos de la vida
los misterios.
Agosto 25,1981
Después de tanto,
tus pupilas...
como si no nos conociéramos,
como si yo no hubiera amado
tu pelo, tu boca, tus sonrisas.
Como si no nos conociéramos,
tal vez ya no.
Tu piel ya no es la misma
en este año que nos separa,
hay un nuevo sabor
y el presente ha seguido
de tus pies el camino.
Como si nunca me hubieras
pedido nada.
Hoy paso por tu lado,
apenas puedo sonreír.
Comprendo que si de poder
detener el tiempo podría
con una mano bastaría.
Sin mirar atrás,
sin temer ni por ti,
ni por mí,
ni por ella.
Por volver a conocerte...
la brisa me devuelve tu perfume
cuando pasas sin un ruido
y no cae ni una hoja
ni zozobra al fin la luna.
Como si no nos conociéramos
sólo yo ensombrecida de recuerdos
vuelvo a amarte
con temor y pena.
Octubre 10, 1981
UN HOMBRE ME LEGÓ EL ABISMO
HEREDÉ YA MUERTO,
SU BAÚL DE ESTRELLAS,
SU SABOR A NADA,
SU MENSAJE AL VIENTO.
Enero 17, 1982
Probablemente hay noches
en que le robo el sueño
en que le robo la sangre de las venas,
y el aliento de la boca.
Probablemente hay días
en que lo dejo vacío,
hago un hatillo con todo
y lo echo cerro abajo.
Probablemente sea él quien
me destruya de mañana,
quien se inmiscuya en mi garganta,
quien muela mis huesos
y me golpee el cerebro.
Enero 31, 1982
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